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miércoles, septiembre 24, 2003

Irish, go home! 

The Thrills: Big Sur. Click para ver el video en Windows Media high Med Low Click para ver el video en formato Real High Med Low. Dirigido por Diane Martel. Página web oficial. Del disco So Much for the City (Virgin, 2003).
VIDEOCLIP
Puntaje: 4

La gran avalancha de formaciones rock-pop retro de los últimos cinco años no ha cambiado la lógica del videoclip como arte. Desde el nacimiento de Mtv hasta nuestros días, los videos pueden dividirse en dos categorías: los que se acoplan a la melodía como única función y los que van más allá del sonido en cuestión. Los primeros son fácilmente reconocibles en sus numerosas facetas: banda tocando en un garage, acumulación extensiva de elementos incompatibles, aceleración gratuita, etc.
Pese a apelar a la artimaña de “soy cool porque me hago el tonto”, los dublineses de The Thrills – apadrinados por Morrisey, estatua viviente o ícono muerto- presentan para el corte Big Sur un video netamente vacío. Se podrá defender su coherencia, ya que la canción también carece de interés a nivel sonoro o contenidista, pero eso no impide que su brisa marina californiana sea apenas un monigote de la leyenda que Brian Wilson y sus chicos de la playa nos legaron. En cuanto a la imagen, estamos en presencia de la torpe variante de acumulación: blondas despampanantes, tablas de surf, patitos de plástico, arena, sol y el mar azul, todo ensalzado en un collage tedioso. No, amigos, la estética setentosa no alcanza para engalanar lo impresentable.
Ante el riesgo de total desinterés, rescatemos del naufragio dos cosas: el prólogo y la presencia del piano. Si bien el primero es tan fallido como el total, su tono juguetón se inserta en medio del tedio y eso le da un encanto que las monerías playeras no poseen. Los ceñidos trajes azules, las gorras bicolores y las hojas en la pileta parecen ser un paisaje más adecuado para estos patanes de pueblo que la soleada costa californiana. El piano, por su parte, remite con su absurda aparición a la formidable presentación de Monthy Python´s Flying Circus, y el choque que supone ver a un instrumento “noble” en medio de un ambiente promiscuo y jovial otorga a ciertos momentos el brillo del nonsense.
Sin embargo, las cartas están jugadas y un ruiseñor no hace verano. Tampoco bastan el sol y el surf para que ese suave viento de mar nos bese las mejillas, como si la misma California nos abriese sus puertas de oro.
Guido Segal.

posteado en cinequanon el jueves 18 de septiembre del 2003.

Básico y letal 

The White Stripes: I just don´t know what to do with myself. Click para ver el video en formato Real high Click para low. Dirigido por Sofia Coppola. Página Web oficial. Del disco Elephant (V2/SUM Records, 2003).
VIDEOCLIP
Puntaje: 8

No es la primera vez que alguien realiza un cover de I Just don’t know what to do with myself de Burt Bacharach (sí, ese que toca el piano en Austin Powers: Goldmenber), pero seguro que la versión de The White Stripes es la que mejor suena y, desde ahora, la que mejor se ve. The White Stripes es el binomio conformado por Meg y Jack White, dos seres en blanco y rojo que con su ultimo trabajo, Elephant, se adueñaron de los mas añejos y básicos sonidos (blues, rock,glam, soul, folk) para lograr rock en pura efervescencia. En I just… se oye el blues a la Jack White. Es que en los Stripes todo se trastorna para retomar su origen, todo se aviva en guitarras que truenan dentro de espacios cerrados con ecos de Stooges saborizados sin pop, unos Who más hard de lo que ellos se creían o unos Buzzcocks haciendo covers de los Sex Pistols. Los Stripes se jactan de su sonido a tierra y radical que no usa computadoras (detalle snob aclarado en el booklet de Elephant) y así su interpretación áspera con aires de espontaneidad será reflejada en la mayoría de sus vídeos. I just dont know what to do with myself abraza la cruda nobleza con dos armas que funden el calor mismo, la gran Kate Moss y un noble caño, de esos donde la trascendencia se da por el movimiento. Moss es amiga de nuestro camp-eón favorito Har Mar, al parecer tomó unas clases (yeah, seguro que las necesita) con aquella gran bestia-pop y se despliega en la pantalla usando la exaltación como instrumento y sonido. La directora Sofia Coppola (Las vírgenes suicidas) adopta la esencia de cuanto menos, mejor de la cual los Stripes abusan y elimina el color para que solo las formas ocupen el espacio. Moss inicia su meneo, despacio en blanco y negro, semidesnuda sobre una caja, haciendo de cada acorde un golpe visual y aprovechando los vientos de semejantes guitarras se levanta para dirigirse hacia el caño en cuestión. Y allí donde explota la melodía, donde el estribillo reacciona, el cuerpo de Moss es artillería pesada y en clave de (des)controlado frenesí hipnotiza en cada plano, que son pocos aunque minuciosamente hilvanados por Coppola. La violencia del cuerpo de la modelo es el correlato exacto de lo Stripes y su crudeza, el de una reconstrucción simple y directa del sonido aunque en este caso tal operación se da en la imagen. Moss es convertida, gracias a Coppola, en música para los ojos.
Juan Manuel Domínguez.

posteado en cinequanon el miércoles 17 de septiembre del 2003.

N-N-No paren a la ardilla 

Junior Senior: Move Your Feet. Click para ver el video. Bajar el video al rígido. Dirigido por Shynola. Página web oficial. Del disco D-D-Don´t Stop the Beat (Crunchy Frog/Atlantic, 2003).
VIDEOCLIP
Puntaje: 8

Jesper Mortensen (Junior) y Jeppe Breum (Senior) son dos daneses con estilo. Su fusión de dance y pop, si bien poco novedosa, es estruendosamente potente y alcanza en Move your feet y Shake me baby, piezas del disco D-D-Don't Stop the Beat, momentos cumbre. El video de la primera resalta por dos motivos: su indudable simpatía y la llamativa correlación existente entre la multirreferencialidad de la música y la de la imagen. Si la pegajosa base danzable se mezcla con raptos vocales a lo Michael Jackson a la vez que hace uso de pseudo- samples de Ring my Bell, de Anita Ward, la imagen es un adorable pastiche multicapa: el ochentoso estilo Commodore, aquel que marcó nuestra infancia junto con la saga sexual de Larry, se fusiona con una estridencia visual digna del animé japonés (¿No será esa ardilla borracha la contracara de Pikachu?), y la sucesión de íconos populares antagónicos (la carita de Pringles y Lincoln). Sin embargo, tal vez lo más interesante del video sea la constante violencia inmotivada presente detrás de la felicidad de la música y del diseño gráfico. O, para decirlo más precisamente y en palabras de los surrealistas, la inmensa felicidad inherente a la violencia gratuita. Ya sea vía referencias sexuales fuera de contexto (el vaso sonriente cubierto en líquido blanco) o a través de la intervención de la ardilla (atropella zombies en auto), el saludable impulso violento oculto en toda música bailable - ¿No es el ritmo mecánico una forma de violencia auditiva?- se canaliza a la perfección. Tal vez sea ese pequeño roedor la respuesta a nuestros descontentos.
Guido Segal.

posteado en cinequanon el miércoles 3 de septiembre del 2003.

La felicidad (un día de camp) 

Har Mar Superstar: EZ Pass. Click para ver el video en formato Real. Dirigido por Sarah Price. Página web oficial. Del disco You Can Feel Me (Warner, 2002).
VIDEOCLIP
Puntaje: 9

Har Mar es otra promesa de superestrella. Aún más desconocido por el peso de su música que por su exposición mediática (demasiados amigotes populares: Kelly Osbourne, The Strokes, los Junior Senior, las Queens of Noize, Jennifer Lopez, Kate Moss...) y que por la connotación sexual de sus shows, que siempre incluyen un striptease e infinidad de besos para toda señorita que se encuentre cerca del escenario. La balanza de la fama músico-personaje comenzó a equilibrarse con el éxito en Inglaterra y Estados Unidos de su último single, EZ Pass, remixado por el dúo Mint Royale y más bailable que la versión original incluida en You Can Feel Me. A partir de ese éxito de su segundo disco se lo intentó describir con las etiquetas más divertidas de los últimos tiempos: desde la cruza de Ron Jeremy y Prince a un Adam Sandler del funk (para más etiquetas visitar la crítica de Pop Matters, en la que olvidan mencionar un Justin Timberlake creado por John Waters).
La directora Sarah Price, que produjo el "falso mockumental" American Movie, decidió mostrar un día de Har Mar en su New York adoptiva. El primer plano del video muestra al skyline nocturno de New York y el segundo, un túnel que nos traslada hacia aquel lado del Hudson. En ese momento, casi al finalizar la intro de la canción, el túnel es atacado por una batería de colores chillones, y es ahí que lo que se perfilaba como una versión de bajo presupuesto del Ray of Light que Jonas Akerlund hizo para Madonna se convierte en su video antagonista. Si bien los dos videos pretenden mostrar planos medios de un solista cantando a cámara y a gente 24 horas de fiesta, mientras se abusa de los efectos de post producción, RoL buscaba el costado más cool de la "estética clipera". Price entiende que la esencia de Har Mar es la exaltación y su amor por el mal gusto. Toda la estética del video se pone en función de esa elección de Har Mar y es por eso que lo podemos ver con boina, tapado, zapatos y pantalones blancos y una camisa rosa, mientras pasea montando un delfín inflable gigante, con fondos de colores que lastiman los ojos de la forma más placentera posible. Claro que queda tiempo para un pequeño cameo de los Strokes y para que esta nueva popstar camp lidere un trencito hacia un amanecer animado que es la felicidad hecha un festival del color.
Naza Chong.

posteado en cinequanon el lunes 1° de septiembre del 2003.

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